Ponencia: LA COMISIÓN DE BIOÉTICA DE LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES (MÉRIDA-VENEZUELA) Y SU IMPORTANCIA PARA LA INVESTIGACIÓN


LA COMISIÓN DE BIOÉTICA
DE LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES (MÉRIDA-VENEZUELA) 
Y SU IMPORTANCIA PARA LA INVESTIGACIÓN

José Pascual Mora García
Jesús A. Omaña
Omar Pérez Díaz
ULA-Táchira
IEH-Nodo San Cristóbal

“La ciencia no piensa, no es un reproche, sino que es una simple constatación de la estructura interna de la ciencia: es propio de su esencia el que, por una parte, ella dependa de lo que la filosofía piensa, pero que, por otra parte, ella misma lo olvida y descuida lo que exige ser pensado ahí.”
Heidegger, 1969

Introducción.

La Comisión de Bioética de la Universidad de Los Andes se constituyó al interno del Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico, Tecnológico y de las Artes (CDCHTA) desde el año 2006,[1] y desde entonces se iniciaron unos talleres y seminarios con el fin de consolidar un equipo que sirviera de apoyo para la consolidación del mismo, siendo la Dra. Ximena Páez la monitora de esta proceso.

Hay variedad de Comités de Bioética, desde los “de investigación, para evaluar la investigación desde el punto de vista ético a fin de preservar la integridad y derechos de los sujetos de estudio; los clínicos, en centros asistenciales que se restringen a salud de seres humanos, los de asociaciones profesionales, los de carácter nacional e internacional para políticas públicas en temas de naturaleza ética. El del CDCHT sería obviamente para evaluar desde el punto de vista ético las diversas solicitudes y las investigaciones en marcha que financia este organismo. Los investigadores conocen que para publicar las revistas exigen la aprobación de los protocolos de investigación por los comités de ética de las respectivas instituciones, lo que es actualmente un requisito estándar. Una de las razones de la creación de este comité en el CDCHT es, precisamente, cumplir éticamente con esto.Los comités de ética de la investigación tienen varias tareas, no sólo la evaluación de proyectos, sino la formación de sus miembros y la difusión de la necesidad de la existencia de los diversos comités en la comunidad, así como asesoramiento cuando se presenten dilemas éticos en la institución.”[2] La universidad tuvo el mérito de iniciar la creación de los Comités de Bioética antes que fuera política de Estado. Incluso se diseñó un plan de formación con talleres para los evaluadores de la comisión de bioética:
“•         TALLER I. Conducta Responsable en la Investigación
•           TALLER II. Relación Mentor Aprendices
•           TALLER III. Investigación con Seres Vivos
•           TALLER IV. Autores, Revisores, Editores, Publicaciones
•           TALLER V. Conflictos de Interés”[3]
Sin embargo, tenemos que señalar que se procedió con una visión instrumental, de hecho entre las funciones del comité de bioética solo señala labores instrumentales: “Luego del establecimiento del comité, comenzó una primera fase de educación de sus miembros y de la comunidad a la que se va a servir (investigadores, evaluadores, editores, etc.) sobre lo que es un comité de evaluación de la investigación y cuáles son sus funciones. Las actividades fundamentales de un comité de esta naturaleza son tres: educación, asesoramiento y evaluación de aspectos éticos en los proyectos de investigación.”[4]Esta fase debe dar paso a una segunda, que necesariamente instale la discusión de fondo. El problema de la ética es político no es para unificar una sanedrín que se erija en mandarín de la verdad en la universidad. Hay una tendencia controladora en la universidad que ha llevado a diseñar hasta un “Manual de Procedimientos del Curriculum”, y últimamente, hasta se diseña un plan para controlar el comportamiento y buenos modales (al estilo de la época victoriana) de los estudiantes y profesores, que por supuesto hemos rechazado.

A nuestro modo de ver no se trata de formar “técnicos en bioética” sino desarrollar una conducta que genere responsabilidad moral en los investigadores. Desde ese punto de vista, comparto con Kant[5] que el tema de la ética es un problema de la razón práctica y no de la razón pura. El problema de la bioética por tanto, no es un problema de la razón pura sino del imperativo categórico. No es un problema de lógica o de sofística aristotélica, en estricto sentido, por eso la bioética también es un problema de carácter político. Porque la ética es política (Morin) y la ciencia no es neutra políticamente. La relación saber-poder,[6] Foucault mediante, nos alerta sobre la microfísica del poder en nuestras organizaciones, aspecto que debe formar parte de la discusión de las comisiones de bioética, por aquello que es la biopolítica.[7]

Es necesario preguntarnos sobre cuál paradigma establecer el estándar normativo.La lucha de la bioética diremos tampoco es neutra, implica a su vez la luchashegemónicas y contrahegemónicas, el problema del poder bioético no se dirime en el contexto nacional sino en supranacional. No hay propuestasde verdad universalmente válidas, ni de obediencia absoluta. Así por ejemplo, el problema de los estándares que la racionalidad anglosajona impone sobre las investigaciones[8] y las ediciones a los efectos de determinar los índices de calidad también debe ser revisado por las comisión de bioética;  no solo es un problema de cacería de plagios, ni de la buena práctica editorial, ni del consentimiento informadoo del enseñar el manual de buenos modales y procedimientos para tener una “Conducta Responsable en la Investigación.” Es eso pero implica a si vez el preguntarse por las mismas normas. Que tienen de fondo como contexto económico y político. En nuestros contextos las revistas deben pasar por un riguroso y político sistema de índices o indexación para poder obtener un reconocimiento como estándar de calidad; circunstancia que ha llevado a nuestros investigadores a preguntarse si tiene sentido publicar en revistas nacionales,[9] ya algunos baremos están exigiendo que para poder alcanzar un nivel superior en los ranking nacionales[10] de investigación deben aplicar en los índice anglosajones por el Factor de Impacto[11] (FI) del InstituteforScientificInformation (ISI); el factor de impacto favorece si se publica en inglés, no así en español. Algunos ni siquiera reconocen los esfuerzos latinoamericanos de indizaje, exigen “SCImago-SCOPUS/Elsevier” en detrimento de iniciativas latinoamericanas: Latindex; RedALyC; SciELO, etc.[12]Como estudios críticos al respecto destacamos en cienciometría los trabajos de REQUENA, J. 2003: “Cuánto cuesta hacer ciencia en Venezuela”; 2005: “Dynamics of themodermVenezulanreserchcommunityprofile, Scientomethrics”; 2007: “El desierto de los científicos sociales.” Desde el punto de vista de los informes oficiales encontramos a I. LA ROSA y J. M. CRUCES publicados en 2007: “Ciencia y Tecnología: venezolanos participan y opinan, segunda encuesta nacional de percepción pública de la ciencia, cultura científica y participación ciudadana.” Por su parte, MARCANO, Daissy (2007) quien fuera presidenta del Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (ONCTI), presentó en el VII Congreso Iberoamericano de los Indicadores en Ciencia y Tecnología un balance a la comunidad internacional en Sao Paulo sobre “Los indicadores de ciencia y tecnología en Venezuela.” En este balance preliminar no puede faltar el trabajo de ALBORNOZ, Orlando y Elsi JIMÉNEZ (2008): “Evaluación de la cultura y comunidad académica en Venezuela durante la primera década de gobierno de la revolución bolivariana socialista (1998-2008)”, en Revista Bitácora-e. Nº 2, Mérida, Universidad de Los Andes. Pp. 73-125

La cienciometría[13] debe ser objeto de la bioética, no debe ser una mirada instrumental. Como ha dicho Santos Guerra la evaluación es un problema ético y político. Los sistemas de evaluación de los investigadores (ONCTI-Venezuela o Colciencia- Colombia) deberían igualmente tener su comité de bioética, para discutir los baremos intercientíficos.[14]



I Parte.
LA BIOÉTICA EN LA COMPRENSIÓN TRANSFRONTERIZA

Nos preguntamos si el tratamiento de la bioética es un tema  nacional o se dirime en el contexto internacional. En el caso de Venezuela como la bioética como política de Estado se inicia con El Código de Ética para la Vida (2011)[15]adscrito al“Ministerio del Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias (MPPCTII) desarrolla las políticas y principios filosóficos contenidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el Proyecto Nacional Simón Bolívar, la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación (LOCTI) y demás leyes; y la Declaración Universal sobre Bioética y  Derechos Humanos, en lineamientos filosóficos básicos y normas en el ámbito de la bioética aplicados a la investigación científica y tecnológica en el país. La orientación y supervisión en este sentido se realiza a través de la Comisión de Ética y Bioética y Biodiversidad (CeBioBio) en concordancia con la LOCTI. Se concibe como un cuerpo de fundamentos filosóficos y normativos mínimos, para orientar los debates y la toma de decisiones en la evaluación de proyectos y el ejercicio de la investigación. No obstante su carácter orientador, el incumplimiento de lo establecido en este Código puede dar lugar a la aplicación de sanciones, según el estudio de cada caso, de acuerdo con las leyes y reglamentos de la República.”[16]

En general el tema de las comisiones de bioética, tanto en el nivel gubernamental como en el caso de las universidades, se queda en el nivel normativo y de control, que a mi modo de ver no es el cambio sustantivo que se busca. Tampoco comparto con quienes creen que la labor de los comités de bioética es estrictamente práctico, instrumental, aplicado, eso nos llevaría a una especie de “Santo oficio” que pretenda ser el Santa Santorum de la ética académica. Esos llamados círculos de calidad siempre han sido nefastos en la historia de la ciencia.  

Por tanto en la exposición preliminar presentaré una discusión de carácter filosófico que nos permita ubicar epistemológicamente el tema de la bioética y la ciencia, no sólo para el nivel nacional sino internacional. Y en el caso que nos atañe, queremos generar aportes para crear comisiones de bioética que puedan funcionar en el nivel transfronterizo. De hecho en nuestras publicaciones integramos comités de árbitros en nuestras revistas de diversas nacionalidades, y queremos pasar al punto en que los proyectos de investigación institucionales puedan intervenir comisiones de árbitros transfronterizos, incluso tenemos experiencias de la figura del tutor internacional en las tesis doctorales pero esa no ha sido una variable que se hace en todos los doctorados. Las pasantías internacionales de los doctorandos es otra experiencia muy satisfactoria, que hemos impulsado a través de la firma de los convenios interinstitucionales. En el caso de Colombia, hemos logrados impulsar convenios con importante universidades, y organizaciones interuniversitarias como Rudecolombia para establecer esas cooperaciones. Ya hemos iniciado desde el año 2008 el intercambio de pasantes internacionales en nuestra universidad. Y las pasantíasacadémicas son de larga data. En esta oportunidad venimos para presentar cooperaciones con la UDES y la UIS. 

El problema de la bioética no es un problema nacional sino que debe cumplir con las normar universales, y por supuesto en el marco de la construcción y deconstrucción del paradigma científico universal.    

La crítica al método científico como único criterio valorativo de la ciencia ha sido una constante durante el siglo XX, con su epicentro en el paradigma postpositivista con Tomas Kuhn, Lakatos, Popper, Toulmin, Feyerabend, entre otros,

La filosofía expresó su frase de que la “ciencia no piensa” en palabras de Martín Heidegger, expresión que su momento estremeció a la comunidad científica, pero que aludía a que la ciencia pocas veces cuestiona sus propios paradigmas. En el marco de una discusión en torno a la necesidad dela creación de los Comités de Bioética me parece oportuno, porque son éstos los que de alguna manera contribuyen a desarrollar el brazo ético-bioético de la ciencia.

EdgarMorin, por su parte, alertaba la construcción de una ciencia con conciencia, se trata de mirar bioéticamente laciencia y la tecnología, en tanto que ciencia aplicada. De entrada sugerimos posiciones epistemológicas que deben analizarse en los integrantes de los Comités de Bioética: 1. Superar la pretendida neutralidad valorativa de la ciencia, bajo el supuesto de que no hay que ponerle fronteras a la búsqueda de la verdad científica, me refiero a aquellos que no conciben su trabajo ni como bueno ni como malo, sino como neutro. 2. Superar el criterio de que todo acto científico es por naturaleza bueno, y en ese sentido, todo lo que es técnicamente posible es éticamente necesario. La postmodernidad crítica retoma todas las formas de saber, ante la crisis ocasionada por la arrogancia de la Razón Ilustrada, el otrora denominado pensamiento débil, es así, como aflora para la comprensión del mundo el conjunto de fragmentos de verdad, y no la verdad única. Desde la intuición, el mito, las estructuras lúdicas, la poética, las artes plásticas, el yoga, la terapia de la risa, la oración profunda, la meditacióntrascendental, la curación a través de las manos, todas son técnicas que en el mercado de la vida han demostrado tener una parte de la verdad. No se trata aquí de defender posiciones a ultranza sino de manifestar que el logocentismo que acompañó la ciencia experimental durante siglos hoy vive sus últimos días. Impera, pues, una tolerancia epistemológica, en donde, el respecto a las culturas regionales sea la máxima. 3. Se debe superar el divorcio entre las denominadas ciencias duras y las ciencias blandas, de hecho en los llamados comités de bioética se fusionan interdisciplinariamente el médico y el teólogo, el internista y el filósofo, el especialista y el abogado, el enfermero y el administrador, el ministro religioso y la comunidad.La bioética está sujeta también a la  mentalidad colectiva, “pertenece la bioética al acervo de la memoria colectiva (...) la Bioética no es otra cosa que el reflejo de la interioridad humana del ethos propicio de la vida, con el cual se establecen las justas relaciones ecosistémicas del hombre con su entorno social y natural.”[17] Es el problema de superar la premisa dieciochesca según la cual “hacer ciencia era arrancarle los secretos a la naturaleza”, sin menoscabo de la cadena biológica; lo cual ha generado un proceso de destrucción de la vida. Esta tesis convirtió el mundo en un problema global, y obligando a replantear el paradigma ecológico, de la sostenibilidad y sustentabilidad.

Pero la bioética no sólo toca el mundo de afuera, el mundo social, sino que atañe también al mundo personal. La tecnología hizo de la muerte un problema técnico y no un sentimiento que conectaba con una de las dimensiones básicas del ser humano. La muerte dejó de ser un problema del hogar, ahora por antonomasia es un problema que se dirime en la clínica; antes teníamos buena muerte o mala muerte, según fuera el caso. Incluso las cofradías en el siglo XVIII y XIX hicieron  de la muerte una tanatofobia; esto puede verse en las Cofradías de las Benditas Ánimas del Purgatorio en la iglesia católica. El concilio de Trento inventó el purgatorio y permitió construir en occidente una dinámica sobre el tema de la muerte, y fue Juan Pablo II quien elimino el purgatorio, quedando así un imaginario en el olvido.

Hoy tenemos muerte dulce, muerte asistida; antes la muerte era compartida en la intimidad familiar y los amigos, hoy es un fenómeno aislado, pasivo; antes la muerte era rápida, ahora la muerte es lenta, prolongada; antes acompañábamos el moribundo, ahora hablamos del moribundo; hoy la muerte dejó de ser una realidad existencial para pasar a tener un apellido: muerte encefálica, muerte clínica, muerte asistida; en fin, la muerte dejo de ser un asunto personal para pasar a formar parte a un proceso intersubjetivo, de allí la aparición de los llamados comités de bioética en las clínicas y hospitales. No hay consensos universales al respecto. Pero debe ser un tema a discutir en las comisiones de bioética y no dejarlo en manos del tecnólogo. La técnica no tiene la última palabra, ni es tiene el monopolio de la verdad.

El problema de la esencia de la técnica moderna es planteado por Heidegger como un problema correlativo al problema de la verdad (alétheia). El tema de la técnica forma parte del núcleo de su pensamiento. Por tanto no es colateral ni derivada de su filosofía, sino básico.

Heidegger enjuicia la técnica moderna por su nivel de instrumentalización de la realidad, al sólo reducirla a entidades de consumo, en este sentido, desde el territorio hasta los espacios interestelares son asumidos por el hombre de la técnica en el horizonte de un uso incondicionado.

El pensar del hombre técnico se impone en forma avasallante, es el pensar  computante, el pensar calculante; es un pensar que se erige como el único modo de ser tenido en cuenta, desplazando todos los demás, en especial al pensar meditativo. La bioética se convierte en un eje que hace reflexionar al  pensamiento que calcula todo, al pensamiento que se rige por el  “si…entonces.” El principio de causalidad que hizo de la ciencia en los siglos precedentes el imperio de la verdad hoy vive un proceso de deconstrucción en donde la ciencia caos o ciencia de las dimensiones no lineales ha demostrado que tenemos que aprender a movernos en presencia de un mundo estocástico y de lógicas borrosas.  El pensamiento que buscó la matematización de la vida cotidiana está en crisis. Este pensar construyó una mentalidad tecnológica dominante que concibe y trata a los hombres como cosas, ha cosificado al hombre. Por tanto esta mentalidad ha demostrado límites, lados oscuros, aspecto del han dado cuenta autores como K. P. Feyerabend, en su trabajo Los Límites de la ciencia (1962).




II Parte.
LA EDUCACIÓN EMPRENDEDORA Y LA BIOÉTICA EN LA BÚSQUEDA DEL DESARROLLO HUMANO.
Ante la emergencia de los fenómenos complejos que subyacen en el entorno de las organizaciones, las crecientes demandas de los individuos y de sus colectivos, exigen la redefinición de los objetivos económicos de las empresas considerando la creación del valor compartido como el medio para la identificación y expansión de las conexiones entre el progreso social y económico, más allá de la responsabilidad social perse, (Porter&Kramer, 2011). Es así como la Universidad, ante el rol histórico en el cumplimiento de la docencia y la investigación, como primera y segunda misión institucional, es la institución social llamada a asumir nuevas facetas que la lleven a dar respuesta a las necesidades emergentes del entorno, apoyada en su capacidad de intervención social hacia la mejora de las condiciones objetivas y subjetivas de parte o toda la comunidad, resaltando la responsabilidad en los procesos de formación de profesionales para la transformación social, dando cumplimiento a la tercera misión institucional (Campos, 2012) (Laredo, 2007).

Una aproximación a estos modelos de intervención social se soporta sobre la propuesta de las Tres Hélices (Etzkowitz, 1998) conformada por la Universidad-Industria-Gobierno en el cual se hace referencia al radar que vincula los elementos que componen la tercera misión de la universidad agrupándolos en 8 categorías: recursos humanos, propiedad intelectual, contratos con la industria, contratos con instituciones públicas, participación en el diseño de políticas, implicaciones en la vida cultural y social, además de las Spin-Off resultantes de la educación para el emprendimiento (Laredo, 2007). Es en este último elemento que la universidad representa la evolución de la misión universitaria migrando desde un interés académico hacia otro empresarial centrándose, de manera exclusiva, en la transferencia de tecnología hacia la sociedad como medio para la satisfacción de necesidades, previendo líneas de estudio y nuevas áreas de investigación (Valera-Loza, 2010) siendo el propósito de la intervención la aplicación y explotación del conocimiento fuera del aula.

Desde las Ciencias de la Dirección, la educación para el emprendimiento plantea el diseño de políticas dentro de la universidad identificando 5 vías transformadoras para el éxito de la intervención social desde el emprendimiento: a) una estructura de dirección reforzada; b) una periferia desarrollada (entidades administrativas y empresariales); c) una base financiera diversificada; d) un cuerpo académico motivado; e) una cultura emprendedora (Clark, 1998) considerando este corpus fundamental para la generación del conocimiento requerido por los futuros egresados en la búsqueda de dar respuesta a los problemas sociales (Clark B. , 2007) (Kuckertz, 2013).

En la interrelación entre la educación en emprendimiento, como alternativa para mitigar los problemas sociales y dar respuesta desde la transferencia de conocimiento, y la bioética, el estudio de las Teorías Contemporáneas y Prácticas en Educación (Bertrand, 1998) plantea las “preocupaciones en educación” como punto de partida para la investigación del comportamiento emprendedor enfocado en el contexto universitario identificando las preocupaciones sociales, preocupaciones tecnológicas, preocupaciones académicas, preocupaciones personalistas, preocupaciones socio-cognitivas, preocupaciones psico-cognitivas y preocupaciones éticas (Béchard, 2005), resaltando éstas últimas como la interface entre el comportamiento emprendedor y la bioética. Esta dimensión emergente de la educación superior se evidencia en las controversias acerca de comportamiento no éticos de los líderes e íconos de los negocios, responsabilizando la formación de los emprendimientos en la educación superior. (Richards, Gilberth, & Harris, 2002). En este sentido se han desarrollado estudios acerca del uso ético de los acuerdos de no divulgación –NondisclosureAgreements- en los cursos de emprendimiento, asi como el desarrollo del índice de percepción de la corrupción promovido desde el Journal of Business Ethics, ofreciendo un interés potencial por la publicación de investigaciones relacionadas con el dilema ético de las empresas, desde los emprendimientos y su vinculación con el desarrollo humano (Katz, Harschman, &Dean, 2000) (Wilhelm, 2002)

En el campo de las investigaciones se evidencia pocas discusiones acerca de los desafíos de la preocupación ética en la educación superior, razón por la cual se identifica una brecha investigativa a ser aprovechada por los cursos de doctorado (Béchard, 2005) (Clark B. , 1998)










BIBLIOGRAFÍA

V. R. Potter. Dear Global Bioethics Network. 2001. (verpdf)


 P.J. Whitehouse. The Rebirth of Bioethics: Extending the Original Formulations of Van Rensselaer Potter. 2003. (ver pdf)


 Declaración Universal de Bioética y Derechos Humanos. UNESCO. 2005. (ver pdf)


 C. Prieto. En torno a la Bioética. Entrevista a F. Lolas Director Programa Regional Bioética OPS/OMS, 2003. (verpdf)


 F. Lolas, A. Quesada y E. Rodríguez. Investigación en salud. Dimensión Ética. Centro Interdisciplinario de Estudios en Bioética. Universidad de Chile. 2006. (ver pdf)


 Declaración de Bioética de Caracas. 2008. (ver pdf)


 L. Schmidt. La Bioética en Venezuela, primeras Huellas. 2007. (ver pdf)


 L.D. Otero. Bioética: El Concepto Relegado. 2009. (ver pdf)


 J. Giordano. FoniPhronimos. An interview with Edmund D. Pellegrino.Philosophy, ethics, and humanities in medicine.5/16, 2010. (verpdf)


Recomendaciones para editores

·                      

http://www.ease.org.uk/pdfguidelines/EASE_Guidelines-June2010-Spanish.pdf

-
Committee on Publicaction Ethics (COPE). Code of Conduct and Best Practice Guidelines for Journal Editors.(ver pdf)
http://www.publicationethics.org

-
Committee on Publication Ethics (COPE).A short Guide to Ethical Editing for New Editors. (ver pdf)

-
Liz Pager. How Should Editors Respond to Plagiarism? COPE discussion paper. April 2011.(ver pdf)
http://www.publicationethics.org/files/COPE_plagiarism_disc%20doc_26%20Apr%2011.pdf

-
International Committee of Medical Journal Editord (ICMJE).Form for Disclosure of Potential Conflicts of Interest.(ver pdf)
 
http://www.icmje.org/sample_disclosure.pdf

-
European Association of Science Editors (EASE).Directrices de EASE para los autores y traductores de artículos científicos publicados en inglés. Junio 2011. (ver pdf)
 
http://www.ease.org.uk/pdfguidelines/EASE_Guidelines-June2011c.pdf

-
Sara Rockwell. Ethics of Peer Review: A Guide for Manuscript Reviewers. (ver pdf)

-
Traducción Miguel Roig Ph.D. Cómo evitar plagio, autoplagio y otras prácticas cuestionables en la escritura: una guía para escribir éticamente. (ver pdf)
 
http://ori.dhhs.gov/education/products/plagiarism/pplagiarism.pdf

-
Joseph S Wislar, Annette Flanagin, Phil B Fontanarosa, Catherine D DeAngelis.Honorary and ghost authorship in high impact biomedical journals:a cross sectional survey. BJM 2011; 343:d6128 doi: 10.1136/bjm.d6128 (ver pdf)

-
World Health Organization (WHO) Eastern Mediterranean Regional Office. Manual for Editors of Health Science Journals. 2009 (ver pdf)
http://www.emro.who.int/dsaf/dsa1034.pdf

-
British Educational Research Association (BERA). Ethical Guidelines for educational research 2011. (ver pdf)
http://www.bera.ac.uk/files/2011/08/BERA-Ethical-Guidelines-2011.pdf

-
American Educational Research Association. Code of Ethics.Feb. 2011. (ver pdf)
http://www.aera.net/uploadedFiles/About_AERA/Ethical_Standards/CodeOfEthics%281%29.pdf

-
Council Science Editors (CSE). CSE's White Paper on Promoting Integrity in Scientific Journal Publications 2009 Update. (ver pdf)
http://www.councilscienceeditors.org/files/public/entire_whitepaper.pdf




[1] Comité de Ética en la Universidad de Los Andes (resolución del directorio ordinario del CDCHT Nº 02-06 de fecha 29-06-2006)
[2] Ximena Páez, http://www2.ula.ve/cdcht/index.php?option=com_content&task=view&id=205&Itemid=169
[3]Idem
[4]Idem
[5] Manuel Kant, Critica de la Razón Pura. Porrúa.
[6] Michel Foucault, Microfísica del poder.
[7] Michel Foucalt, Nacimiento de la biopolítica, FCE, Argentina, 2007
[8] Cfr. MORA GARCÍA, José Pascual (1997) La crisis del saber académico y la investigación en la atmósfera postmoderna.” Revista Investigación, Nº 3, CDCHT, ULA, Mérida. 
__________________ _________________ (2000)  Análisis bibliométrico de la productividad de los profesores en la Universidad  de Los Andes-Táchira, estudio de caso: Área de historia de la educación. (1993-1998.) Tesina mimeografiada, presentada para optar al DEA en el programa de Doctorado de la Universidad Rovira i Virgilli. Tarragona, España.
_________________ (2001) “La metaevaluación de la investigación.” Revista Investigación, Nº 4, CDCHT, ULA, Mérida.
________________  (2001) “La universidad a Debate”, en LÓPEZ, Edgar (Coord) Una Visión de la transformación universitaria. San Cristóbal. Universidad de Los Andes-Táchira Grupo Greco.
_________________ (2002-2005) Proyecto de Investigación: “Análisis Bibliométrico de las Comunidades Discursivas de Historia de la Educación en América Latina. Estudio de Caso: Venezuela.”
[9]Un ejemplo en esta dirección es la base de datos de Scopus que con cerca de 19000 revistas sólo arroja dos publicaciones en español sobre educación (Utilizando como descriptores educación, educativa, pedagogía, didáctica, formación); mientras que en inglés, el idioma determinante del paradigma científico de occidente, se encuentran aproximadamente 682 revistas con el descriptor education.
[10] El círculo vicioso se comprueba con la denominada economía de las publicaciones, pues los autores privilegian el envío de sus trabajos a publicaciones indexadas que tienen siempre más puntaje a la hora de ser evaluados. Lo cual genera otra inconsistencia, pues no es suficiente ni necesario que al ser sometidos a esos estándares sus artículos sean publicados; lo que afecta la novedad de los artículos, el impacto social y la citación, minando los esfuerzos de los países periféricos. Esto implica varias consideraciones para un autor, por un lado, decidir si publica en la tendencia principal (hegemónica) en la que se encuentran las revistas de alto impacto (de los centros de poder) o en las periféricas. La tendencia principal se inclina por la primera opción en nuestros países, pues incluso es la más reconocida en los países periféricos, la más visibilizada internacionalmente, y la que obliga a escribir en inglés. Esto crea desarraigo y falta de reconocimiento de nuestros investigadores, porque además deben dar relevancia a autores del bloque anglosajón en detrimento del bloque latinoamericano. 
[11] El Factor de Impacto se calcula como el número de citaciones en un cierto año a los documentos publicados en los dos años anteriores dividido por el número de documentos publicados por esa revista en                      el mismo período de tiempo.
[12] Al respecto puede verse:
[13] La cienciometría y los análisis bibliométricos se encargan de cuantificar la productividad de las publicaciones. En el ámbito educativo venezolano tenemos como antecedentes de los estudios bibliométricos los estudios sobre la productividad de las revistas científicas los siguientes autores: Arends (1974); también encontramos análisis de las publicaciones de los científicos venezolanos en el exterior (Hebe, 1986), y mediciones de contribuciones de artículos científicos, por instituciones, publicados tanto a nivel nacional como internacional (Rodulfo de Gil. En Curiel, 1999:41). En esta dirección son también precedentes los trabajos de análisis bibliométrico el estudio: AA/VV “Productividad de la Investigación Científica Venezolana en el área de Física, según el ScienceCitationIndex (1979-1988), publicado por la Revista Interciencia (1991). La profesora María Josefa Curiel (1999) adscrita a la Escuela de Bibliotecología y Archivología de la Universidad Central de Venezuela con su manual intitulado: Contribución al Estudio de Algunos Elementos de Bibliometría, en donde realiza un análisis bibliométrico de la producción bibliográfica de las investigaciones del IVIC en la década 1980-1989.Los trabajos de Freites y Texera (1992) son de los más conocidos, sobre Ciencia y Honor en Venezuela; en cienciometría, los trabajos de Requena (2003, 2005 y 2007); así como los informes oficiales de La Rosa y Cruces (2007) y Marcano, 2007. Merecen especial destaque en bibliometría crítica los trabajos de Orlando Albornoz y Elsi Jiménez (2008), Mora García (2009) y los trabajos de  Requena (2011).       En nuestro caso el resultado de la línea de investigación fue presentado como Tesis Doctoral en Pedagogía en la Universidad Rovira i Virgili (2009), Tarragona-España, con el título: Comunidades Discursivas de Historia de la Educación, Estudio de caso: Venezuela. (1998-2008). (Cfr. Mora García, 2009)
[14] Cfr. DIDOU Aupetit. Sylvie et Etienne GÉRARD (2010)  El Sistema Nacional de Investigadores, veinticinco años después. La comunidad científica, entre distinción e internacionalización. México: ANUIES. SylvieDidou es investigadora del Departamento de Investigaciones Educativas del centro de Investigaciones y Estudios Avanzados en México y Coordinadora del Observatorio sobre Movilidades Académicas y Científicas del Instituto Internacional sobre Educación superior en América Latina (UNESCO). Y Etienne Gerard es Director de Investigación del Instituto de Investigaciones para el desarrollo en Francia.
[15] Ministerio del Poder Popular para la Ciencia, Tecnología e Industrias intermedias (MPPPCTII), Código de ética para la Vida. (2011)
[16]Idem., 5
[17]Cely, Bioética. 1999:39