LA COMISIÓN DE BIOÉTICA
DE LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
(MÉRIDA-VENEZUELA)
Y SU IMPORTANCIA PARA LA INVESTIGACIÓN
José Pascual Mora García
Jesús A. Omaña
Omar Pérez Díaz
ULA-Táchira
IEH-Nodo San Cristóbal
“La ciencia no piensa, no es un reproche, sino que es una
simple constatación de la estructura interna de la ciencia: es
propio de su esencia el que, por una parte, ella dependa de lo que la filosofía
piensa, pero que, por otra parte, ella misma lo olvida y descuida lo que exige
ser pensado ahí.”
Heidegger, 1969
Introducción.
La Comisión
de Bioética de la Universidad de Los Andes se constituyó al interno del Consejo
de Desarrollo Científico, Humanístico, Tecnológico y de las Artes (CDCHTA)
desde el año 2006,[1] y
desde entonces se iniciaron unos talleres y seminarios con el fin de consolidar
un equipo que sirviera de apoyo para la consolidación del mismo, siendo la Dra.
Ximena Páez la monitora de esta proceso.
Hay variedad
de Comités de Bioética, desde los “de investigación, para evaluar la
investigación desde el punto de vista ético a fin de preservar la integridad y
derechos de los sujetos de estudio; los clínicos, en centros asistenciales que
se restringen a salud de seres humanos, los de asociaciones profesionales, los
de carácter nacional e internacional para políticas públicas en temas de
naturaleza ética. El del CDCHT sería obviamente para evaluar desde el punto de
vista ético las diversas solicitudes y las investigaciones en marcha que
financia este organismo. Los investigadores conocen que para publicar las
revistas exigen la aprobación de los protocolos de investigación por los
comités de ética de las respectivas instituciones, lo que es actualmente un
requisito estándar. Una de las razones de la creación de este comité en el
CDCHT es, precisamente, cumplir éticamente con esto.Los comités de ética de la
investigación tienen varias tareas, no sólo la evaluación de proyectos, sino la
formación de sus miembros y la difusión de la necesidad de la existencia de los
diversos comités en la comunidad, así como asesoramiento cuando se presenten
dilemas éticos en la institución.”[2]
La universidad tuvo el mérito de iniciar la creación de los Comités de Bioética
antes que fuera política de Estado. Incluso se diseñó un plan de formación con
talleres para los evaluadores de la comisión de bioética:
“•
TALLER I. Conducta Responsable en la Investigación
•
TALLER II. Relación Mentor Aprendices
•
TALLER III. Investigación con Seres Vivos
•
TALLER IV. Autores, Revisores, Editores, Publicaciones
•
TALLER V. Conflictos de Interés”[3]
Sin embargo,
tenemos que señalar que se procedió con una visión instrumental, de hecho entre
las funciones del comité de bioética solo señala labores instrumentales: “Luego
del establecimiento del comité, comenzó una primera fase de educación de sus
miembros y de la comunidad a la que se va a servir (investigadores,
evaluadores, editores, etc.) sobre lo que es un comité de evaluación de la
investigación y cuáles son sus funciones. Las actividades fundamentales de un
comité de esta naturaleza son tres: educación, asesoramiento y evaluación de
aspectos éticos en los proyectos de investigación.”[4]Esta
fase debe dar paso a una segunda, que necesariamente instale la discusión de
fondo. El problema de la ética es político no es para unificar una sanedrín que
se erija en mandarín de la verdad en la universidad. Hay una tendencia
controladora en la universidad que ha llevado a diseñar hasta un “Manual de Procedimientos
del Curriculum”, y últimamente, hasta se diseña un plan para controlar el
comportamiento y buenos modales (al estilo de la época victoriana) de los
estudiantes y profesores, que por supuesto hemos rechazado.
A nuestro
modo de ver no se trata de formar “técnicos en bioética” sino desarrollar una
conducta que genere responsabilidad moral en los investigadores. Desde ese
punto de vista, comparto con Kant[5]
que el tema de la ética es un problema de la razón práctica y no de la razón
pura. El problema de la bioética por tanto, no es un problema de la razón pura
sino del imperativo categórico. No es un problema de lógica o de sofística
aristotélica, en estricto sentido, por eso la bioética también es un problema
de carácter político. Porque la ética es política (Morin) y la ciencia no es
neutra políticamente. La relación saber-poder,[6]
Foucault mediante, nos alerta sobre la microfísica del poder en nuestras
organizaciones, aspecto que debe formar parte de la discusión de las comisiones
de bioética, por aquello que es la biopolítica.[7]
Es necesario
preguntarnos sobre cuál paradigma establecer el estándar normativo.La lucha de
la bioética diremos tampoco es neutra, implica a su vez la luchashegemónicas y contrahegemónicas,
el problema del poder bioético no se dirime en el contexto nacional sino en supranacional.
No hay propuestasde verdad universalmente válidas, ni de obediencia absoluta.
Así por ejemplo, el problema de los estándares que la racionalidad anglosajona
impone sobre las investigaciones[8]
y las ediciones a los efectos de determinar los índices de calidad también debe
ser revisado por las comisión de bioética;
no solo es un problema de cacería de plagios, ni de la buena práctica
editorial, ni del consentimiento informadoo del enseñar el manual de buenos
modales y procedimientos para tener una “Conducta Responsable en la
Investigación.” Es eso pero implica a si vez el preguntarse por las mismas
normas. Que tienen de fondo como contexto económico y político. En nuestros
contextos las revistas deben pasar por un riguroso y político sistema de
índices o indexación para poder obtener un reconocimiento como estándar de
calidad; circunstancia que ha llevado a nuestros investigadores a preguntarse
si tiene sentido publicar en revistas nacionales,[9]
ya algunos baremos están exigiendo que para poder alcanzar un nivel superior en
los ranking nacionales[10]
de investigación deben aplicar en los índice anglosajones por el Factor de
Impacto[11]
(FI) del InstituteforScientificInformation (ISI); el factor de impacto favorece
si se publica en inglés, no así en español. Algunos ni siquiera reconocen los
esfuerzos latinoamericanos de indizaje, exigen “SCImago-SCOPUS/Elsevier” en
detrimento de iniciativas latinoamericanas: Latindex; RedALyC; SciELO, etc.[12]Como
estudios críticos al respecto destacamos en cienciometría los trabajos de
REQUENA, J. 2003: “Cuánto cuesta hacer ciencia en Venezuela”; 2005: “Dynamics
of themodermVenezulanreserchcommunityprofile, Scientomethrics”; 2007: “El
desierto de los científicos sociales.” Desde el punto de vista de los informes
oficiales encontramos a I. LA ROSA y J. M. CRUCES publicados en 2007: “Ciencia
y Tecnología: venezolanos participan y opinan, segunda encuesta nacional de
percepción pública de la ciencia, cultura científica y participación
ciudadana.” Por su parte, MARCANO, Daissy (2007) quien fuera presidenta del
Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (ONCTI), presentó en
el VII Congreso Iberoamericano de los Indicadores en Ciencia y Tecnología un balance
a la comunidad internacional en Sao Paulo sobre “Los indicadores de ciencia y
tecnología en Venezuela.” En este balance preliminar no puede faltar el trabajo
de ALBORNOZ, Orlando y Elsi JIMÉNEZ (2008): “Evaluación de la cultura y
comunidad académica en Venezuela durante la primera década de gobierno de la
revolución bolivariana socialista (1998-2008)”, en Revista Bitácora-e. Nº 2,
Mérida, Universidad de Los Andes. Pp. 73-125
La
cienciometría[13] debe
ser objeto de la bioética, no debe ser una mirada instrumental. Como ha dicho
Santos Guerra la evaluación es un problema ético y político. Los sistemas de
evaluación de los investigadores (ONCTI-Venezuela o Colciencia- Colombia)
deberían igualmente tener su comité de bioética, para discutir los baremos intercientíficos.[14]
I Parte.
LA BIOÉTICA
EN LA COMPRENSIÓN TRANSFRONTERIZA
Nos
preguntamos si el tratamiento de la bioética es un tema nacional o se dirime en el contexto
internacional. En el caso de Venezuela como la bioética como política de Estado
se inicia con El Código de Ética para la
Vida (2011)[15]adscrito
al“Ministerio del Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Industrias
Intermedias (MPPCTII) desarrolla las políticas y principios filosóficos
contenidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el
Proyecto Nacional Simón Bolívar, la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e
Innovación (LOCTI) y demás leyes; y la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos, en lineamientos filosóficos
básicos y normas en el ámbito de la bioética aplicados a la investigación
científica y tecnológica en el país. La orientación y supervisión en este
sentido se realiza a través de la Comisión de Ética y Bioética y Biodiversidad
(CeBioBio) en concordancia con la LOCTI. Se concibe como un cuerpo de
fundamentos filosóficos y normativos mínimos, para orientar los debates y la
toma de decisiones en la evaluación de proyectos y el ejercicio de la
investigación. No obstante su carácter orientador, el incumplimiento de lo
establecido en este Código puede dar lugar a la aplicación de sanciones, según
el estudio de cada caso, de acuerdo con las leyes y reglamentos de la
República.”[16]
En general
el tema de las comisiones de bioética, tanto en el nivel gubernamental como en
el caso de las universidades, se queda en el nivel normativo y de control, que
a mi modo de ver no es el cambio sustantivo que se busca. Tampoco comparto con
quienes creen que la labor de los comités de bioética es estrictamente
práctico, instrumental, aplicado, eso nos llevaría a una especie de “Santo
oficio” que pretenda ser el Santa Santorum de la ética académica. Esos llamados
círculos de calidad siempre han sido nefastos en la historia de la ciencia.
Por tanto en
la exposición preliminar presentaré una discusión de carácter filosófico que
nos permita ubicar epistemológicamente el tema de la bioética y la ciencia, no
sólo para el nivel nacional sino internacional. Y en el caso que nos atañe, queremos
generar aportes para crear comisiones de bioética que puedan funcionar en el
nivel transfronterizo. De hecho en nuestras publicaciones integramos comités de
árbitros en nuestras revistas de diversas nacionalidades, y queremos pasar al
punto en que los proyectos de investigación institucionales puedan intervenir
comisiones de árbitros transfronterizos, incluso tenemos experiencias de la
figura del tutor internacional en las tesis doctorales pero esa no ha sido una
variable que se hace en todos los doctorados. Las pasantías internacionales de
los doctorandos es otra experiencia muy satisfactoria, que hemos impulsado a
través de la firma de los convenios interinstitucionales. En el caso de
Colombia, hemos logrados impulsar convenios con importante universidades, y
organizaciones interuniversitarias como Rudecolombia para establecer esas
cooperaciones. Ya hemos iniciado desde el año 2008 el intercambio de pasantes
internacionales en nuestra universidad. Y las pasantíasacadémicas son de larga
data. En esta oportunidad venimos para presentar cooperaciones con la UDES y la
UIS.
El problema
de la bioética no es un problema nacional sino que debe cumplir con las normar
universales, y por supuesto en el marco de la construcción y deconstrucción del
paradigma científico universal.
La crítica
al método científico como único criterio valorativo de la ciencia ha sido una
constante durante el siglo XX, con su epicentro en el paradigma postpositivista
con Tomas Kuhn, Lakatos, Popper, Toulmin, Feyerabend, entre otros,
La filosofía
expresó su frase de que la “ciencia no piensa” en palabras de Martín Heidegger,
expresión que su momento estremeció a la comunidad científica, pero que aludía
a que la ciencia pocas veces cuestiona sus propios paradigmas. En el marco de
una discusión en torno a la necesidad dela creación de los Comités de Bioética
me parece oportuno, porque son éstos los que de alguna manera contribuyen a
desarrollar el brazo ético-bioético de la ciencia.
EdgarMorin, por su parte, alertaba la
construcción de una ciencia con conciencia, se trata de mirar bioéticamente laciencia
y la tecnología, en tanto que ciencia aplicada. De entrada sugerimos posiciones
epistemológicas que deben analizarse en los integrantes de los Comités de
Bioética: 1. Superar la pretendida neutralidad valorativa de la ciencia, bajo el
supuesto de que no hay que ponerle fronteras a la búsqueda de la verdad
científica, me refiero a aquellos que no conciben su trabajo ni como bueno ni
como malo, sino como neutro. 2. Superar el criterio de que todo acto científico
es por naturaleza bueno, y en ese sentido, todo lo que es técnicamente posible
es éticamente necesario. La postmodernidad crítica retoma todas las formas de
saber, ante la crisis ocasionada por la arrogancia de la Razón Ilustrada, el
otrora denominado pensamiento débil, es así, como aflora para la comprensión
del mundo el conjunto de fragmentos de verdad, y no la verdad única. Desde la
intuición, el mito, las estructuras lúdicas, la poética, las artes plásticas,
el yoga, la terapia de la risa, la oración profunda, la meditacióntrascendental,
la curación a través de las manos, todas son técnicas que en el mercado de la
vida han demostrado tener una parte de la verdad. No se trata aquí de defender
posiciones a ultranza sino de manifestar que el logocentismo que acompañó la
ciencia experimental durante siglos hoy vive sus últimos días. Impera, pues,
una tolerancia epistemológica, en donde, el respecto a las culturas regionales
sea la máxima. 3. Se debe superar el divorcio entre las denominadas ciencias
duras y las ciencias blandas, de hecho en los llamados comités de bioética se
fusionan interdisciplinariamente el médico y el teólogo, el internista y el
filósofo, el especialista y el abogado, el enfermero y el administrador, el
ministro religioso y la comunidad.La bioética está sujeta también a la mentalidad colectiva, “pertenece la bioética
al acervo de la memoria colectiva (...) la Bioética no es otra cosa que el
reflejo de la interioridad humana del ethos propicio de la vida, con el cual se
establecen las justas relaciones ecosistémicas del hombre con su entorno social
y natural.”[17]
Es el problema de superar la premisa dieciochesca según la cual “hacer ciencia
era arrancarle los secretos a la naturaleza”, sin menoscabo de la cadena
biológica; lo cual ha generado un proceso de destrucción de la vida. Esta tesis
convirtió el mundo en un problema global, y obligando a replantear el paradigma
ecológico, de la sostenibilidad y sustentabilidad.
Pero la bioética no sólo toca el mundo
de afuera, el mundo social, sino que atañe también al mundo personal. La
tecnología hizo de la muerte un problema técnico y no un sentimiento que
conectaba con una de las dimensiones básicas del ser humano. La muerte dejó de
ser un problema del hogar, ahora por antonomasia es un problema que se dirime
en la clínica; antes teníamos buena muerte o mala muerte, según fuera el caso.
Incluso las cofradías en el siglo XVIII y XIX hicieron de la muerte una tanatofobia; esto puede
verse en las Cofradías de las Benditas Ánimas del Purgatorio en la iglesia
católica. El concilio de Trento inventó el purgatorio y permitió construir en
occidente una dinámica sobre el tema de la muerte, y fue Juan Pablo II quien
elimino el purgatorio, quedando así un imaginario en el olvido.
Hoy tenemos muerte dulce, muerte
asistida; antes la muerte era compartida en la intimidad familiar y los amigos,
hoy es un fenómeno aislado, pasivo; antes la muerte era rápida, ahora la muerte
es lenta, prolongada; antes acompañábamos el moribundo, ahora hablamos del
moribundo; hoy la muerte dejó de ser una realidad existencial para pasar a
tener un apellido: muerte encefálica, muerte clínica, muerte asistida; en fin,
la muerte dejo de ser un asunto personal para pasar a formar parte a un proceso
intersubjetivo, de allí la aparición de los llamados comités de bioética en las
clínicas y hospitales. No hay consensos universales al respecto. Pero debe ser
un tema a discutir en las comisiones de bioética y no dejarlo en manos del
tecnólogo. La técnica no tiene la última palabra, ni es tiene el monopolio de
la verdad.
El problema de la esencia de la técnica moderna es planteado por Heidegger
como un problema correlativo al problema de la verdad (alétheia). El tema de la técnica forma parte del núcleo de su
pensamiento. Por tanto no es colateral ni derivada de su filosofía, sino
básico.
Heidegger enjuicia la técnica moderna por su nivel de instrumentalización
de la realidad, al sólo reducirla a entidades de consumo, en este sentido,
desde el territorio hasta los espacios interestelares son asumidos por el
hombre de la técnica en el horizonte de un uso incondicionado.
El pensar del hombre técnico se impone en forma avasallante, es el
pensar computante, el pensar calculante;
es un pensar que se erige como el único modo de ser tenido en cuenta,
desplazando todos los demás, en especial al pensar meditativo. La bioética se
convierte en un eje que hace reflexionar al pensamiento que calcula todo, al pensamiento que
se rige por el “si…entonces.” El
principio de causalidad que hizo de la ciencia en los siglos precedentes el
imperio de la verdad hoy vive un proceso de deconstrucción en donde la ciencia
caos o ciencia de las dimensiones no lineales ha demostrado que tenemos que
aprender a movernos en presencia de un mundo estocástico y de lógicas borrosas.
El pensamiento que buscó la matematización
de la vida cotidiana está en crisis. Este pensar construyó una mentalidad
tecnológica dominante que concibe y trata a los hombres como cosas, ha
cosificado al hombre. Por tanto esta mentalidad ha demostrado límites, lados
oscuros, aspecto del han dado cuenta autores como K. P. Feyerabend, en su
trabajo Los Límites de la ciencia (1962).
II Parte.
LA EDUCACIÓN EMPRENDEDORA Y LA
BIOÉTICA EN LA BÚSQUEDA DEL DESARROLLO HUMANO.
Ante la emergencia de los fenómenos
complejos que subyacen en el entorno de las organizaciones, las crecientes
demandas de los individuos y de sus colectivos, exigen la redefinición de los
objetivos económicos de las empresas considerando la creación del valor
compartido como el medio para la identificación y expansión de las conexiones
entre el progreso social y económico, más allá de la responsabilidad social
perse, (Porter&Kramer, 2011). Es así como la Universidad, ante el rol
histórico en el cumplimiento de la docencia y la investigación, como primera y
segunda misión institucional, es la institución social llamada a asumir nuevas
facetas que la lleven a dar respuesta a las necesidades emergentes del entorno,
apoyada en su capacidad de intervención social hacia la mejora de las
condiciones objetivas y subjetivas de parte o toda la comunidad, resaltando la
responsabilidad en los procesos de formación de profesionales para la
transformación social, dando cumplimiento a la tercera misión institucional
(Campos, 2012) (Laredo, 2007).
Una aproximación a estos modelos de
intervención social se soporta sobre la propuesta de las Tres Hélices
(Etzkowitz, 1998) conformada por la Universidad-Industria-Gobierno en el cual
se hace referencia al radar que vincula los elementos que componen la tercera
misión de la universidad agrupándolos en 8 categorías: recursos humanos,
propiedad intelectual, contratos con la industria, contratos con instituciones
públicas, participación en el diseño de políticas, implicaciones en la vida
cultural y social, además de las Spin-Off resultantes de la educación para el
emprendimiento (Laredo, 2007). Es en este último elemento que la universidad
representa la evolución de la misión universitaria migrando desde un interés
académico hacia otro empresarial centrándose, de manera exclusiva, en la
transferencia de tecnología hacia la sociedad como medio para la satisfacción
de necesidades, previendo líneas de estudio y nuevas áreas de investigación
(Valera-Loza, 2010) siendo el propósito de la intervención la aplicación y
explotación del conocimiento fuera del aula.
Desde las Ciencias de la Dirección,
la educación para el emprendimiento plantea el diseño de políticas dentro de la
universidad identificando 5 vías transformadoras para el éxito de la
intervención social desde el emprendimiento: a) una estructura de dirección
reforzada; b) una periferia desarrollada (entidades administrativas y
empresariales); c) una base financiera diversificada; d) un cuerpo académico
motivado; e) una cultura emprendedora (Clark, 1998) considerando este corpus
fundamental para la generación del conocimiento requerido por los futuros egresados
en la búsqueda de dar respuesta a los problemas sociales (Clark B. , 2007)
(Kuckertz, 2013).
En la interrelación entre la
educación en emprendimiento, como alternativa para mitigar los problemas
sociales y dar respuesta desde la transferencia de conocimiento, y la bioética,
el estudio de las Teorías Contemporáneas y Prácticas en Educación (Bertrand,
1998) plantea las “preocupaciones en educación” como punto de partida para la
investigación del comportamiento emprendedor enfocado en el contexto universitario
identificando las preocupaciones sociales, preocupaciones tecnológicas,
preocupaciones académicas, preocupaciones personalistas, preocupaciones
socio-cognitivas, preocupaciones psico-cognitivas y preocupaciones éticas
(Béchard, 2005), resaltando éstas últimas como la interface entre el
comportamiento emprendedor y la bioética. Esta dimensión emergente de la
educación superior se evidencia en las controversias acerca de comportamiento
no éticos de los líderes e íconos de los negocios, responsabilizando la
formación de los emprendimientos en la educación superior. (Richards, Gilberth,
& Harris, 2002). En este sentido se han desarrollado estudios acerca del
uso ético de los acuerdos de no divulgación –NondisclosureAgreements- en los
cursos de emprendimiento, asi como el desarrollo del índice de percepción de la
corrupción promovido desde el Journal of Business Ethics, ofreciendo un interés
potencial por la publicación de investigaciones relacionadas con el dilema
ético de las empresas, desde los emprendimientos y su vinculación con el
desarrollo humano (Katz, Harschman, &Dean, 2000) (Wilhelm, 2002)
En el campo de las investigaciones
se evidencia pocas discusiones acerca de los desafíos de la preocupación ética
en la educación superior, razón por la cual se identifica una brecha
investigativa a ser aprovechada por los cursos de doctorado (Béchard, 2005)
(Clark B. , 1998)
BIBLIOGRAFÍA
V. R. Potter. Dear
Global Bioethics Network. 2001. (verpdf)
P.J. Whitehouse. The Rebirth of Bioethics:
Extending the Original Formulations of Van Rensselaer Potter. 2003.
(ver pdf)
Declaración Universal de Bioética y Derechos
Humanos. UNESCO. 2005. (ver pdf)
C. Prieto. En torno a la Bioética. Entrevista
a F. Lolas Director Programa Regional Bioética OPS/OMS, 2003. (verpdf)
F. Lolas, A. Quesada y E. Rodríguez.
Investigación en salud. Dimensión Ética. Centro Interdisciplinario de Estudios
en Bioética. Universidad de Chile. 2006. (ver pdf)
Declaración de Bioética de Caracas. 2008. (ver
pdf)
L. Schmidt. La Bioética en Venezuela, primeras
Huellas. 2007. (ver pdf)
L.D. Otero. Bioética: El Concepto Relegado. 2009.
(ver pdf)
J. Giordano. FoniPhronimos. An interview with Edmund D. Pellegrino.Philosophy, ethics,
and humanities in medicine.5/16, 2010. (verpdf)
Recomendaciones para editores
·
http://www.ease.org.uk/pdfguidelines/EASE_Guidelines-June2010-Spanish.pdf
- Committee on Publicaction Ethics (COPE). Code of Conduct and Best Practice Guidelines for Journal Editors.(ver pdf)
http://www.publicationethics.org
- Committee on Publication Ethics (COPE).A short Guide to Ethical Editing for New Editors. (ver pdf)
- Liz Pager. How Should Editors Respond to Plagiarism? COPE discussion paper. April 2011.(ver pdf)
http://www.publicationethics.org/files/COPE_plagiarism_disc%20doc_26%20Apr%2011.pdf
- International Committee of Medical Journal Editord (ICMJE).Form for Disclosure of Potential Conflicts of Interest.(ver pdf)
http://www.icmje.org/sample_disclosure.pdf
- European Association of Science Editors (EASE).Directrices de EASE para los autores y traductores de artículos científicos publicados en inglés. Junio 2011. (ver pdf)
http://www.ease.org.uk/pdfguidelines/EASE_Guidelines-June2011c.pdf
- Sara Rockwell. Ethics of Peer Review: A Guide for Manuscript Reviewers. (ver pdf)
- Traducción Miguel Roig Ph.D. Cómo evitar plagio, autoplagio y otras prácticas cuestionables en la escritura: una guía para escribir éticamente. (ver pdf)
http://ori.dhhs.gov/education/products/plagiarism/pplagiarism.pdf
- Joseph S Wislar, Annette Flanagin, Phil B Fontanarosa, Catherine D DeAngelis.Honorary and ghost authorship in high impact biomedical journals:a cross sectional survey. BJM 2011; 343:d6128 doi: 10.1136/bjm.d6128 (ver pdf)
- World Health Organization (WHO) Eastern Mediterranean Regional Office. Manual for Editors of Health Science Journals. 2009 (ver pdf)
http://www.emro.who.int/dsaf/dsa1034.pdf
- British Educational Research Association (BERA). Ethical Guidelines for educational research 2011. (ver pdf)
http://www.bera.ac.uk/files/2011/08/BERA-Ethical-Guidelines-2011.pdf
- American Educational Research Association. Code of Ethics.Feb. 2011. (ver pdf)
http://www.aera.net/uploadedFiles/About_AERA/Ethical_Standards/CodeOfEthics%281%29.pdf
- Council Science Editors (CSE). CSE's White Paper on Promoting Integrity in Scientific Journal Publications 2009 Update. (ver pdf)
http://www.councilscienceeditors.org/files/public/entire_whitepaper.pdf
- Committee on Publicaction Ethics (COPE). Code of Conduct and Best Practice Guidelines for Journal Editors.(ver pdf)
http://www.publicationethics.org
- Committee on Publication Ethics (COPE).A short Guide to Ethical Editing for New Editors. (ver pdf)
- Liz Pager. How Should Editors Respond to Plagiarism? COPE discussion paper. April 2011.(ver pdf)
http://www.publicationethics.org/files/COPE_plagiarism_disc%20doc_26%20Apr%2011.pdf
- International Committee of Medical Journal Editord (ICMJE).Form for Disclosure of Potential Conflicts of Interest.(ver pdf)
http://www.icmje.org/sample_disclosure.pdf
- European Association of Science Editors (EASE).Directrices de EASE para los autores y traductores de artículos científicos publicados en inglés. Junio 2011. (ver pdf)
http://www.ease.org.uk/pdfguidelines/EASE_Guidelines-June2011c.pdf
- Sara Rockwell. Ethics of Peer Review: A Guide for Manuscript Reviewers. (ver pdf)
- Traducción Miguel Roig Ph.D. Cómo evitar plagio, autoplagio y otras prácticas cuestionables en la escritura: una guía para escribir éticamente. (ver pdf)
http://ori.dhhs.gov/education/products/plagiarism/pplagiarism.pdf
- Joseph S Wislar, Annette Flanagin, Phil B Fontanarosa, Catherine D DeAngelis.Honorary and ghost authorship in high impact biomedical journals:a cross sectional survey. BJM 2011; 343:d6128 doi: 10.1136/bjm.d6128 (ver pdf)
- World Health Organization (WHO) Eastern Mediterranean Regional Office. Manual for Editors of Health Science Journals. 2009 (ver pdf)
http://www.emro.who.int/dsaf/dsa1034.pdf
- British Educational Research Association (BERA). Ethical Guidelines for educational research 2011. (ver pdf)
http://www.bera.ac.uk/files/2011/08/BERA-Ethical-Guidelines-2011.pdf
- American Educational Research Association. Code of Ethics.Feb. 2011. (ver pdf)
http://www.aera.net/uploadedFiles/About_AERA/Ethical_Standards/CodeOfEthics%281%29.pdf
- Council Science Editors (CSE). CSE's White Paper on Promoting Integrity in Scientific Journal Publications 2009 Update. (ver pdf)
http://www.councilscienceeditors.org/files/public/entire_whitepaper.pdf
[1] Comité de Ética en la
Universidad de Los Andes (resolución del directorio ordinario del CDCHT Nº
02-06 de fecha 29-06-2006)
[2] Ximena Páez,
http://www2.ula.ve/cdcht/index.php?option=com_content&task=view&id=205&Itemid=169
[3]Idem
[4]Idem
[5] Manuel Kant, Critica
de la Razón Pura. Porrúa.
[6] Michel Foucault,
Microfísica del poder.
[7] Michel Foucalt,
Nacimiento de la biopolítica, FCE, Argentina, 2007
[8] Cfr. MORA GARCÍA,
José Pascual (1997) La crisis del saber académico y la investigación en la
atmósfera postmoderna.” Revista Investigación, Nº 3, CDCHT, ULA, Mérida.
__________________
_________________ (2000) Análisis
bibliométrico de la productividad de los profesores en la Universidad de Los Andes-Táchira, estudio de caso: Área
de historia de la educación. (1993-1998.) Tesina mimeografiada, presentada para
optar al DEA en el programa de Doctorado de la Universidad Rovira i Virgilli.
Tarragona, España.
_________________ (2001) “La
metaevaluación de la investigación.” Revista Investigación, Nº 4, CDCHT, ULA,
Mérida.
________________ (2001) “La universidad a Debate”, en LÓPEZ,
Edgar (Coord) Una Visión de la transformación universitaria. San Cristóbal.
Universidad de Los Andes-Táchira Grupo Greco.
_________________ (2002-2005)
Proyecto de Investigación: “Análisis Bibliométrico de las Comunidades
Discursivas de Historia de la Educación en América Latina. Estudio de Caso:
Venezuela.”
[9]Un ejemplo en esta
dirección es la base de datos de Scopus que con cerca de 19000 revistas sólo
arroja dos publicaciones en español sobre educación (Utilizando como
descriptores educación, educativa, pedagogía, didáctica, formación); mientras
que en inglés, el idioma determinante del paradigma científico de occidente, se
encuentran aproximadamente 682 revistas con el descriptor education.
[10] El círculo vicioso se
comprueba con la denominada economía de las publicaciones, pues los autores
privilegian el envío de sus trabajos a publicaciones indexadas que tienen
siempre más puntaje a la hora de ser evaluados. Lo cual genera otra
inconsistencia, pues no es suficiente ni necesario que al ser sometidos a esos
estándares sus artículos sean publicados; lo que afecta la novedad de los
artículos, el impacto social y la citación, minando los esfuerzos de los países
periféricos. Esto implica varias consideraciones para un autor, por un lado,
decidir si publica en la tendencia principal (hegemónica) en la que se
encuentran las revistas de alto impacto (de los centros de poder) o en las
periféricas. La tendencia principal se inclina por la primera opción en
nuestros países, pues incluso es la más reconocida en los países periféricos,
la más visibilizada internacionalmente, y la que obliga a escribir en inglés.
Esto crea desarraigo y falta de reconocimiento de nuestros investigadores,
porque además deben dar relevancia a autores del bloque anglosajón en
detrimento del bloque latinoamericano.
[11] El Factor de Impacto
se calcula como el número de citaciones en un cierto año a los documentos
publicados en los dos años anteriores dividido por el número de documentos
publicados por esa revista en el mismo período de
tiempo.
[12] Al respecto puede
verse:
[13] La cienciometría y
los análisis bibliométricos se encargan de cuantificar la productividad de las
publicaciones. En el ámbito educativo venezolano tenemos como antecedentes de
los estudios bibliométricos los estudios sobre la productividad de las revistas
científicas los siguientes autores: Arends (1974); también encontramos análisis
de las publicaciones de los científicos venezolanos en el exterior (Hebe,
1986), y mediciones de contribuciones de artículos científicos, por
instituciones, publicados tanto a nivel nacional como internacional (Rodulfo de
Gil. En Curiel, 1999:41). En esta dirección son también precedentes los
trabajos de análisis bibliométrico el estudio: AA/VV “Productividad de la
Investigación Científica Venezolana en el área de Física, según el
ScienceCitationIndex (1979-1988), publicado por la Revista Interciencia (1991).
La profesora María Josefa Curiel (1999) adscrita a la Escuela de
Bibliotecología y Archivología de la Universidad Central de Venezuela con su
manual intitulado: Contribución al Estudio de Algunos Elementos de
Bibliometría, en donde realiza un análisis bibliométrico de la producción
bibliográfica de las investigaciones del IVIC en la década 1980-1989.Los
trabajos de Freites y Texera (1992) son de los más conocidos, sobre Ciencia y
Honor en Venezuela; en cienciometría, los trabajos de Requena (2003, 2005 y
2007); así como los informes oficiales de La Rosa y Cruces (2007) y Marcano,
2007. Merecen especial destaque en bibliometría crítica los trabajos de Orlando
Albornoz y Elsi Jiménez (2008), Mora García (2009) y los trabajos de Requena (2011). En nuestro caso el resultado de la línea de investigación fue
presentado como Tesis Doctoral en Pedagogía en la Universidad Rovira i Virgili
(2009), Tarragona-España, con el título: Comunidades Discursivas de Historia de
la Educación, Estudio de caso: Venezuela. (1998-2008). (Cfr. Mora García, 2009)
[14] Cfr. DIDOU Aupetit.
Sylvie et Etienne GÉRARD (2010) El
Sistema Nacional de Investigadores, veinticinco años después. La comunidad
científica, entre distinción e internacionalización. México: ANUIES.
SylvieDidou es investigadora del Departamento de Investigaciones Educativas del
centro de Investigaciones y Estudios Avanzados en México y Coordinadora del
Observatorio sobre Movilidades Académicas y Científicas del Instituto
Internacional sobre Educación superior en América Latina (UNESCO). Y Etienne
Gerard es Director de Investigación del Instituto de Investigaciones para el
desarrollo en Francia.
[15] Ministerio del Poder
Popular para la Ciencia, Tecnología e Industrias intermedias (MPPPCTII), Código
de ética para la Vida. (2011)
[16]Idem., 5
[17]Cely, Bioética.
1999:39